sábado, noviembre 11, 2006

No pienso esperar más después de tantas horas desperdiciadas. No mereces la pena... no me mereces la pena. El sufrimiento por sí mismo es la cosa más absurda del mundo, es como el amor no correspondido.

Ahora soy yo, la que después del despecho necesita recuperarse a sí misma lejos de alguien tan perjudicial como tú. Merezco algo mejor, y si no lo sabes, te lo digo.

Tiempo al tiempo, los relojes nos pondrán en nuestro lugar. Espero que el tuyo no sea malo, pero ojalá el mío sea aún mejor.