No llevamos el mismo ritmo. ¿Por qué cuando yo me enamoro de ti tu ya no me quieres? Cuando tú vas... yo vengo de allí, ahora lo entiendo. Nuestros relojes no están sincronizados, nuestro tiempo no sigue el mismo compás. Te necesito, y sé que en el fondo tú a mí también, aunque sea solo un poquito... ¿Por qué no piensas en mí como yo pienso en ti?

Te entiendo, esto me recuerda a Romeo y Julieta... de mi único amor nació mi único odio... te destrocé la vida sin pretenderlo. Yo no era yo, no era la de ahora. Me dices que me tome las cosas con calma... ¿acaso estás buscando los sentimientos dentro de ti? ¿Te lo estás planteando? Yo lo pienso cada día y lo sueño cada noche, y cada minuto que paso contigo es aún mejor que el anterior... sincronízate conmigo... déjame que te quiera...

Siempre acaba pasando lo mismo... las historias nunca tienen final feliz para todo el mundo, pero era lo mismo de siempre, no puedo vivir alimentando recuerdos. Cuando tu cabeza corre más que tú y se va de esta ciudad a otra, cruza medio país y se planta en el sitio en el que te encantaría estar... debes plantearte muchas cosas.

Estoy enamorada, pero de la vida (la que me gustaría vivir) y del amor (que me encantaría sentir)... pero quiero cosas idealizadas, que nunca existirán en ninguna parte, salvo en mi mente.

Por eso vivo de recuerdos, porque a partir de una lección comencé a recuperarme a mí misma. De los momentos más duros a los más divertidos, y todos del mismo maestro. Me hiciste reír y recuperar la ilusión; al mismo tiempo me ayudaste a ver la más cruda realidad.

Ojalá las circunstancias fueran otras, y ni la distancia ni nuestra manera de ver la vida fueran obstáculos... pero no se puede tener siempre todo.